lunes, 9 de julio de 2007

Ser docente en la Argentina de hoy Por Silvina Gvirtz

Radiografía del perfil social, cultural y económico de quienes están a cargo de educar a nuestros hijos. Por qué se necesita de manera urgente una política integral e inteligente para el sector.
Por Silvina Gvirtz
Esta clase se dividirá en tres partes: en la primera describiremos algunas percepciones que diferentes sectores sociales tienen sobre la docencia. En la segunda, realizaremos una caracterización del cuerpo docente. Por último, describiremos algunas de las causas que explican ciertas realidades y que necesitan una pronta revisión desde las políticas educativas.
1. Una historia para pensar
Patricia con sus 17 años es una adolescente muy agradable. Es una estudiante destacada, razonable hermana, buena compañera y le gustan los deportes. Su familia, que pertenece a la clase media-alta de nuestro país, está muy orgullosa de ella. Patricia lo sabe y se siente bien.
Sin embargo, el otro día, un episodio inesperado empañó la tranquilidad y alegría del hogar. Era una cena familiar, cercana al fin de semana.
La madre le pregunta a Pato por sus avances en orientación vocacional. Nuestra protagonista, con una sonrisa irresistible y plena de alegría contesta que tenía novedades:
-Quiero ser maestra, afirmó.
El padre y la madre se miraron, dejaron los cubiertos en la mesa y sin salir de su asombro (y con una cierta necesidad de ganar tiempo) pidieron más aclaraciones.
Patricia les comentó que estaba dudando entre ser profesora de Educación Física o maestra de grado. La madre, mientras miraba las luces de la ciudad desde su piso 15 de la Avenida Libertador, atinó a preguntar:
-Pero. ¿No vas a ir a la universidad? ¿Y el Derecho? ¿No querías ser abogada?
En ese momento, salió de la penumbra el hermano menor, el otro adolescente de la familia, quien, menos pudoroso que los padres le dijo:
-¡Pero qué b***** sos! ¡Me parece que no tenés idea de nada! ¿No los ves a los profesores todos los días?
Patricia percibió de inmediato el clima de tensión de la mesa y aclaró que, bueno, simplemente lo estaba pensando... que no se preocuparan tanto, que todavía no había tomado ninguna decisión.
Esa noche el malestar no cesó. Cuando los adolescentes se retiraron a sus cuartos, los padres se quedaron un rato en el living hablando sobre el tema. No podían ocultar su descontento.
Hoy Patricia está en la carrera de Derecho. El padre, orgulloso, tiene las fotos de su hija en primer plano, en el escritorio de su oficina. No deja de comentar con sus amigos la maravillosa hija que le tocó en suerte. La madre acompaña. Sin embargo, el hermano, aquel que en la mesa no tuvo medias tintas al plantear sus inquietudes, intuye la verdad: Pato, Patito, su hermana querida está estudiando Derecho pero no se siente muy feliz. Sabe que hubiera sido una excelente maestra y una gran profesora de educación física. Sabe también que va a pasar, que es sólo cuestión de tiempo. La otra opción tampoco la hubiera dejado conforme: quiere mucho a sus padres.
De este modo, Patricia entiende que cuando sea adulta va a poder sentirse una profesional reconocida, va a poder continuar con sus partidos de tenis y va poder mirar la bella Buenos Aires, de noche, desde un alto piso céntrico, mientras el rico olor de las milanesas con papas fritas invaden la cocina y ella se imagina que -por lo menos- elige eso, las milanesas. Y piensa, con sonrisa melancólica, que las prefiere por mucho a los canapés que le van a tocar en suerte en los eventos cuando empiece a trabajar.
2. El valor de la docencia en la Argentina de hoy: una cara de la luna
La historia de Patricia es sólo un ejemplo de la imagen de los docentes en gran parte de los estratos medios y altos. Por un lado, se proclama la importancia de la escuela en las sociedades del conocimiento y el valor del rol docente, ya que ponemos en sus manos gran parte de la vida de nuestros hijos. Por otro lado, no desean que sus hijos formen parte de "ese grupo" con poco futuro económico, de "ese grupo" que trabaja mucho y del que muchas veces se dice que no hace las cosas bien.
El problema que se plantea no es menor. ¿Cómo se puede construir un futuro socialmente interesante cuando parte de la clase dirigente de un país dice valorar la docencia pero no la quiere como carrera para sus hijos? ¿Cómo se puede construir una sociedad mejor cuando se proclaman cada vez más años de educación obligatoria, pero se ofrecen condiciones de trabajo difíciles para los actores encargados de llevarla adelante?
3. Otra historia para pensar
Margarita lleva a sus tres hijos al colegio. Sale todas las mañanas bien tempranito para no llegar tarde al trabajo. Es miércoles. Antes de salir, les sacude el guardapolvos y trata de estirarlos para que queden prolijos. Margarita no tiene plancha ni electricidad en su casa. Le pidió permiso a la patrona para usar la suya una vez por semana, los viernes después del trabajo. Los viernes son los días en que los guardapolvos lucen más bonitos, impecables. Están recién planchados y se guardan así hasta el lunes para empezar bien la semana. En el medio de la semana, les ruega a los chicos que no lo ensucien ni lo arruguen.
El guardapolvos es todo un símbolo para Margarita. Es, para ella, el símbolo de una buena mamá. Una mamá que se ocupa de sus hijos, que se esfuerza para que estudien y que no se rinde ante la adversidad.
Hoy tiene que ir a hablar con la seño de Juanita. Está nerviosa. Quiere que sus hijos estudien y no sean "burros". ¿Qué habrá hecho la Juanita? ¿Por qué la llaman?
La seño la recibe con una sonrisa. Le pregunta cómo anda. Margarita le dice que bien y se calla. Muerta de miedo (y preocupada por no llegar tarde al trabajo) sólo quiere saber qué esté pasando. La seño es larguera. ¿Qué hizo esta Juana?, le pregunta. La seño le dice que no hizo nada malo. Dice que la llamó porque la Juana, Juanita, es muy buena alumna y ella quiere que la haga estudiar el secundario. Le dice que le va a ir bien, que va a tener un lindo futuro. Marga se relaja.
-¡Ah! ¿Para eso me llamó?
-Sí, para eso.
Margarita le dice que no sabe. Que tiene que cuidar a sus hermanos, que de dónde saca la plata para los libros. La seño le dice que hay becas, que la van a ayudar, que le van a dar los útiles, los libros y los guardapolvos porque Juanita. bueno. Juanita es un sol. Y bueno. dice Margarita, sí.
Margarita se sube al colectivo. Parece una lata de sardinas. Empuja como todos los días para no caerse, se agarra del pasamanos y piensa.. ¡Mirá la Juanita! ¡Quién te dice que no llega a ser maestra! En el colectivo no hay nadie más. Está ella, su lágrima, su sonrisa y su sueño: Juanita es grande, se está planchando el guardapolvos. Tiene plancha la Juanita y se va a la escuela, pero no porque sea burra. Ahora se va a enseñar.
4. El valor de la docencia en la Argentina de hoy: la otra cara de la luna
La otra cara de la luna nos muestra que una gran parte de la sociedad argentina sigue confiando en la escuela. Hace enormes esfuerzos para que sus hijos estén todos los días en la escuela. Sigue convencida de que la escuela puede ofrecer un futuro mejor. Siguen admirando y respetando a los docentes. Y hay sectores para los que llegar a ser docente es un honor. Un modo de ascender socialmente.
Es la otra cara de la luna. Una cara luminosa, una cara esperanzadora. No es una cara exenta de problemas: no existe más la escuela inmaculada y la familia tipo con un respeto reverencial hacia ella.
Estas dos historias nos ilustran que la mirada sobre la docencia no es unívoca. La percepción de la carrera docente en ciertos sectores contrasta con la percepción de la misma en otros. En algunas ocasiones esta imagen de los docentes surge de percepciones sectoriales que no se condicen con la evidencia empírica sobre el tema. Otras, lamentablemente sí. Por ello, a continuación presentaremos algunos datos respecto de quienes son los docentes hoy.
5. ¿Quiénes son nuestros docentes?
5.1. Repensando uno de los problema de los padres de Patricia: ¿son pobres los docentes hoy?
Una parte del miedo de los padres de Patricia es que su hija sea pobre. La elección de una carrera se relaciona, en parte, con el modo en que económicamente se recompensa la tarea. Sin la menor duda, nadie puede elegir la docencia pensando en ser millonario. Sin embargo, a veces, quienes descartan la opción de la carrera docente, lo hacen por miedo a terminar debajo de la línea de pobreza. Es probable que los padres de la Patito de nuestra historia hayan considerado este punto a la hora de desalentar la vocación de su hija.
¿Qué hay de verdad en estas preocupaciones? Veamos qué nos dicen los datos.
Según un estudio realizado en año 2000, en las oficinas del IIPE-UNESCO, en Buenos Aires, la situación económica de los docentes es la siguiente:
1. Cuatro de cada cinco docentes viven al frente de su núcleo familiar, en carácter de jefe de hogar o de cónyuge.
2. Tomando en cuenta no sólo su salario sino también el de su grupo familiar, se advierte una fuerte concentración de los docentes en los quintiles tercero y cuarto de la escala de ingresos familiares (casi un 60 por ciento del total).
3. Un 20 por ciento se ubica en el quinto quintil, el grupo de ingresos más alto de nuestro país.
4. El 20 por ciento restante se distribuye entre los dos quintiles más bajos de la escala.
El estudio advierte que los docentes lejos de ser un grupo homogéneo, presentan realidades muy diversas. A su vez, es muy preocupante que un 20 por ciento de nuestros colegas se encuentren, en el 2000, en una situación económica tan precaria.
Entre los maestros, la incidencia de pobreza casi triplica a la de los profesores de media. El estudio también muestra una variabilidad regional importante: los docentes que viven en el Noroeste del país tienen una posibilidad seis veces mayor de ser pobres que sus pares residentes en el Área Metropolitana de Buenos Aires. En síntesis: si bien los datos indican que sólo el 6 por ciento de los docentes de nuestro país se encuentra dentro del 20 por ciento más pobre de la población, también advierten que la incidencia de pobreza entre los maestros del Noroeste argentino es del 36 por ciento (IIPE-UNESCO, 2000).
Sospechamos que desde la realización de aquel estudio a la actualidad la situación de los docentes ha cambiado positivamente. En los últimos años se han registrado importantes mejoras en la situación salarial del cuerpo. No obstante, todavía hoy, dista de ser la óptima.
5.2. La relación entre los docentes y la cultura
Si bien parte del problema es salarial, otra parte del desaliento a la carrera docente, en ciertos sectores, se explica por los valores que se privilegian en muchos sectores sociales. No quisiera abundar en esta verdad de Perogrullo, pero quienes somos docentes debemos enfrentar esta realidad. Por momentos nuestra tarea es contra-cultural. Sin embargo. ¿somos tan diferentes de aquellos a quienes criticamos?
A continuación, veremos cómo se comportan, según el informe del IIPE-UNESCO, los docentes en relación a la cultura. Veamos qué tipo de cultura consumen y fomentan los propios protagonistas del sector.
Según el informe del IIPE, los docentes declaran realizar una actividad cultural (danza, pintura, literatura, escritura, teatro, etcétera) superior a la de sus padres. Al mismo tiempo, relatan que sus prácticas culturales cotidianas se orientan a opciones masivas y populares como la radio y la televisión.
La cuestión presenta, sin embargo, algunos matices. Las mayores posibilidades de los docentes frente al consumo cultural intenso, se asocian a:
1) Sectores de la profesión con mayores ingresos económicos
2) Mayor edad,
3) Ser habitantes de las ciudades más grandes.
Aunque no de un modo concluyente, estos hogares albergan más profesores que maestros de nivel inicial y primario. Entre las actividades culturales cotidianas predominan aquellas que, según el estudio, exigen bajo compromiso cognitivo, como ver la TV o leer revistas de actualidad. Las prácticas de mayor exigencia cognitiva (como tocar un instrumento, escribir, usar correo electrónico o navegar por internet) tienen una frecuencia menor entre la mayoría de los docentes. También los consumos culturales que exigen un desplazamiento por fuera del lugar de residencia son, en general, menores.
Tanto en su versión culta (ópera, teatro, centros culturales, conciertos, museos, etcétera), como masivo-populares (cine, peñas, video casero, recitales, etcétera), estos consumos se presentan con una intensidad baja según los datos que proporciona el estudio antes mencionado (IIPE, 2000).
Finalmente, nos interesa analizar el vínculo con la lectura y la televisión. El estudio mencionado advierte un escaso interés de este gremio por la mayoría de los géneros literarios y, en general, por todo aquello que excede la temática educativa. En cuanto a géneros televisivos, los docentes declaran preferir noticieros y documentales, aunque su práctica efectiva como televidentes, a veces, navegue por otros rumbos.
Sin la menor duda, los problemas de la docencia son más complejos de lo que a primera vista parecen: ¿Deberían los docentes ser más cultos que el resto de la población? Sin la menor duda. ¿Por qué? Porque su función es, entre otros, trasmitir la cultura letrada. Y en este punto queda clara la necesidad de revisar las políticas educativas del sector. Resultaría un gran aporte al futuro del país que los Institutos de Formación Docente (IFD), especialmente aquellos alejados de las grandes urbes, sean también espacios de esparcimiento cultural. Es necesario convertirlos en centros de promoción de la cultura para los nuevos estudiantes.
Al mismo tiempo, para los docentes en servicio, sería interesante pensar en políticas que beneficien su acceso a los bienes culturales con facilidades y descuentos.
5.3. ¿Cuántos somos?
Según el último Censo Nacional de Docentes (CND) del año 2004, hay en la Argentina 825.250 docentes. La comparación con las cifras del censo anterior (1994) permite constatar el fuerte crecimiento que el sector registra en los últimos 10 años. Hoy hay casi 150.000 docentes más. Se trata de un incremento que supera el 22 por ciento.
Este aumento en la cantidad de docentes se produjo en un contexto de simultáneo crecimiento de la cobertura del sistema educativo argentino. La realidad es que cada vez más niños y jóvenes acceden a más años de escolaridad. Una muy buena noticia para nuestro país. De hecho, mientras en los noventa, en el país, la pobreza aumentaba, el sistema educativo continuó incorporando cada vez más infantes y jóvenes al sistema. El problema es por mucho que se realicen esfuerzos la pobreza hacía estragos: la escuela los incluía pero no lograba retenerlos.
¿Qué otras características tienen estos docentes?
1. Se trata de una actividad esencialmente femenina: ocho de cada diez docentes argentinos son de sexo femenino. Esta proporción varía según el nivel del sistema en que se practique la docencia son mujeres casi la totalidad de maestros (93%) y dos de cada tres profesores (IIPE-UNESCO, 2000).
2. La mayoría trabaja en instituciones de gestión estatal: el 70% de los docentes. No obstante, existen importantes diferencias entre las jurisdicciones. En el caso de la ciudad de Buenos Aires, sólo un 51% de los docentes trabaja exclusivamente en escuelas de gestión estatal.
3. La distribución de los docentes entre los diversos niveles de enseñanza varía: mientras que el 12,4% desarrolla su actividad en el nivel inicial, el 39,8% lo hace en EGB (1 y 2), y el 24,1% en EGB 3. Por su parte, el nivel Polimodal concentra al 33,8% y el Nivel Superior no universitario al 7,7% restante.
4. Según el último censo, el 76% de los educadores en actividad han culminado con éxito la educación superior no universitaria. De ellos, el 72% posee título docente. Sin embargo la proporción de docentes con formación pedagógica disminuye progresivamente a medida que se asciende de nivel: en EGB 1 y 2 los docentes con formación pedagógica constituyen el 83%; en EGB 3 y en el Nivel Polimodal la cantidad es menor: 69% aproximadamente.
En este punto nos enfrentamos a un gran desafío. Si leemos los datos inversamente llegamos a concluir que casi el 25% de nuestros docentes no posee las calificaciones adecuadas para desempeñarse en el aula. ¿Cómo puede trabajar con adolescentes alguien que nunca estudio la problemática específica de los mismo? Sería ideal que los próximos gobiernos diseñen una política que resuelva el problema. Pero no creando cursos ad-hoc, sino enviando a los docentes en ejercicio a formarse en las instituciones diseñadas para tales fines. El problema no son los títulos sino los saberes que se requieren para poder enseñar con solvencia a nuestra niñez y nuestra juventud.
5. Los datos censales muestran que los docentes una vez formados continúan capacitándose. En el caso de los docentes de la Educación Inicial, el 72% asistió a algún curso de capacitación en los últimos 5 años. Para el caso de los maestros de la EGB 1 y 2 el 74% ha asistido a algún curso de capacitación en los últimos años. En la EGB 3 y en el nivel Polimodal, más del 60% de los docentes de ambos niveles ha participado en instancias de capacitación recientemente.
Este dato es especialmente relevante para refutar a algunas voces que sostienen que los docentes no se capacitan. En este aspecto pareciera interesante revertir la pregunta y cuestionar la calidad de la capacitación que se ofrece a los docentes. Muchos docentes se preguntan por los criterios de selección de los capacitado es y sienten que, en no pocas oportunidades, el amiguismo y la prebenda golpearon la puerta de la capacitación.
6. El último Censo Docente llevado a cabo en el 2004 muestra que, aproximadamente el 70% de los docentes de todo el sistema educativo dice realizar su trabajo porque le gusta enseñar. Un orgullo para todos.
6. Algunas explicaciones para entender los problemas que nos desafían en la actualidad
Debemos comenzar señalando que los problemas que enfrenta el cuerpo docente en la actualidad tienen origen hace varias décadas. El primer aspecto que debemos recalcar fue la sistemática desinversión en educación que se produjo en el país durante largos períodos. Mientras el país incluía cada vez más chicos en el sistema y les ofrecía más años de estudio, el dinero destinado al área no crecía. Ahora bien. si hay cada vez más chicos en la escuela, por lo tanto más maestros, y el presupuesto no crece en proporción, ¿cómo se financia el crecimiento matricular? Además, cada vez que hubo una crisis económica, una de las variables de ajuste fueron los salarios docentes. ¿Cómo elegir una carrera en la que se depende tanto de los buenos ciclos de la economía?
Un segundo aspecto a considerar se relaciona con la falta de políticas integrales e inteligentes para el sector. La verdad es que durante largos períodos no las hubo pero.en los poco intentos sobre el tema no se consideraron algunas dimensiones que deben trabajarse en simultaneo: formación, capacitación, carrera y condiciones laborales.
El crecimiento anómico de los Institutos de Formación Docentes es sólo una muestra del problema. En el país hay más de mil Institutos de Formación Docente (un número exagerado en comparación a lo que sucede en otras latitudes), pero además la mayoría de ellos forma docentes primarios. ¿Qué hacemos con el nivel medio, especialmente ahora que es obligatorio?
El tercer punto se vincula a la falta sistemática de políticas de Estado y no de gobiernos para el sector. Es necesario llegar a ciertos acuerdos básicos sobre los cuales los partidos acuerden una continuidad. El sistema educativo requiere tiempos largos para la mejora. Sin esos consensos de mediano plazo el sistema y uno de sus principales protagonistas, el docente, difícilmente pueda mejorar su tarea.
Rescatemos lo mejor de la tradición docente argentina. Rescatemos a aquel docente que requiere recursos para garantizar el buen aprendizaje de sus alumnos. Cambiemos aquellos aspectos que son francamente preocupantes. La nueva ley es un buen síntoma y sienta las bases legales para la acción. Ahora debemos convertir a las políticas integrales del sector en una de las prioridades en la agenda educativa del próximo gobierno.