lunes, 25 de junio de 2018

1954: Cuando Elvis movió la pelvis

 Revista Un Caño

La FIFA cumplía 50 años y, como su sede principal se asienta en Zurich, las máximas autoridades del fútbol decidieron hacerse un modesto homenaje y montaron el Mundial de 1954 en Suiza. La siempre impoluta Suiza, que había salido indemne de la guerra, ya se barajaba como sede en 1950, pero finalmente se optó por Brasil.
Los uruguayos llegaban a la nueva cita a defender el título, pero en el camino se cruzaron con uno de los equipos más poderosos y exquisitos de la historia, la Hungría que comandaba Ferenc Puskas, quien años después deslumbraría al público del Real Madrid.
Hungría, medalla dorada en los Juegos Olímpicos de 1952, fue la sensación del torneo de Suiza, pero, como sucedería con Holanda en 1974, el mejor no fue el campeón. En la final, el sólido equipo alemán, con un plus atlético que despertó algunas sospechas, dio vuelta el 0-2 que le infligían Puskas y sus talentosos acompañantes y se quedó con la copa.
Del otro lado del océano, ese mismo año, un par de explosivos sucesos terminaban de darle forma a un género musical que marcaría el resto del siglo y que tendría tanta o más difusión y desarrollo comercial que el fútbol: el rock and roll.

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