La placa de fibra de carbono en la mediasuela de las Nike dispara las especulaciones sobre la frontera del dopaje tecnológico
Madrid
“Tienen que ser las zapatillas”, se gritaba en el anuncio que Spike Lee rodó para Nike para vender las Air Jordan. Era un lema irónico, por supuesto: todo el mundo sabía que solo Michael Jordan podía dar esos saltos y mantenerse suspendido mágicamente en el aire, calzara las zapatillas que calzara, las suelas con cámara de aire o lo que fuera. “Tienen que ser las zapatillas”, anuncian 30 años más tarde los ejecutivos de Nike, y no hay ni sombra de ironía en su declaración: han inventado un calzado atómico para que un atleta baje de las dos horas en el maratón, el nuevo grial del deporte.
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